... que la Tierra, cansada de encontrarse sola por su clima inhóspito, cargado de gases irrespirables y con sus constantes erupciones, tuvo un sueño en el que decidió que sería bueno que seres vivos habitaran en ella. Así que, poco a poco fue dando paso a un ambiente idóneo para la vida del Ser humano, de los animales y de las plantas.
Cuando por fin el humano llegó ... le dijo a la Tierra:
- Nosotros te habitaremos, ... comeremos de lo que nos ofreces y beberemos de tus fuentes y ríos ... ¿Pero cómo saber que tú no nos destruirás?
Entonces la Tierra le dijo al humano:
- Os voy a ofrecer, como símbolo de mi compromiso, un elemento.
Reunió los distintos colores del arco iris, tomó también de sus entrañas Plata, Cobre y piedras preciosas.
Impregnó con su amor los metales, los minerales y los colores y una vez enlazados con cariño todos los ingredientes los ofreció al Sol para que éste, con sus rayos y vibraciones lo fusionara todo.
Aquella alquimia cristalizó dando lugar a un particular elemento que regaló al humano en forma de colgante, diciéndole:
- Este instrumento te apoyará en tu caminar por la vida. Comprenderás tus miedos y podrás transmutar y convertir tus dudas ... así sanarás muchos de tu males. Y también te servirá como compromiso de buena voluntad de que nunca os destruiré.
Como el humano siempre ha tenido la necesidad de atribuir significados y nombrar todas las cosas, llamó a ese colgante ORGONITA.
De vez en cuando ... pero solo muy de vez en cuando, la Tierra, consecuente de sus sueños, cuando aun así descubre desconfiado al humano vinculado a ella, del escalofrío que ello le provoca, tiembla y se sacude, animándole a considerar y apreciar su paseo y experiencia por la Tierra.
FIN
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